Por no poner agua en la heladera:
De esta agua no has de beber
De esta agua que yace aquí resguardada,
no podrás, mi bella mortal sedienta,
satisfacer la sed que te violenta,
ni en el día, ni en la noche estrellada.
Quizás adviertas que la imprevisión,
es la madre de tantísimos males,
es mejor que hoy broten tus lagrimales
y que mañana bebas con fruición.
Es que al final de cuentas lo que cuenta,
(valga la involuntaria redundancia)
no es que el agua fluya con abundancia,
sino que quien la beba no la sienta,
con la tibieza (la que Juan lamenta).
En eso, no en más, consiste esta ciencia.
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El buey lerdo siempre toma el agua turbia dice mi hermana.
ResponderEliminarMe encantó.
Saludos
Gracias Mary. Que bueno verte. Hace tanto tiempo que no sabía de vos... Por suerte está la poesía...
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