lunes, 9 de marzo de 2009

El viejo profesor

En la sombría quietud de la tarde
un viejo profesor habla del fuego,
su mirada parece la de un ciego,
que busca un fuego que ardiendo lo abrace.

La palabra vuela, gira y retumba,
como un trueno resuena en el vacío,
golpea en vano el auditorio frío,
y el silencio resuena en esa tumba.

Pero nada importa al druida escondido,
que en cada conquista angosta su vida,
y en cada recuerdo agranda su herida.

Como la lluvia baja de la nube,
su idea nace y poco a poco sube,
al morir en el prado florecido.

3 comentarios:

  1. Eso porque no me tuvo de alumna a mi... que lo hubiese "bombardeado" a preguntas...

    Besos!

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  2. Otra es intentar hacer las clases un poco más interesantes.

    Digo, de pronto me parece.

    Respetos.
    Natalio

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  3. Cecilia: Hubiese sido un privilegio. Si fuera tan viejo, y si fuera profesor.
    Natalio: Hubiese sido un peligro. Si fuera tan aburrido, y si fuera tan osado.

    Un abrazo a ambos.

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