La plenitud del amor no se alcanza
cuando se dice suavemente: te amo
se alcanza en ese silencio cercano,
roto en la penumbra de la mañana.
Hora única en la que la pasión calla,
el corazón se abre muy lentamente,
y poco a poco, sin querer, florece
en el pétalo de la rosa amada.
En la brisa de la tarde te envuelvo,
al tiempo que el sol cae entre tus brazos,
tus ojos llenan de luz mi recuerdo.
El rocío de mi nostalgia es llanto,
que el dolor de tu ausencia me ha causado.
Sólo me queda mi pipa y tu verso.
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Uh, no, la pipa, déje de fumar shaaaaaaaaa!!!
ResponderEliminarGracias por envolverme con la brisa de sus tardes.
Besos!!