Escúchame pequeño, deja ya eso
porque el viento te vuela los pelos
y el miedo trepa en tus mejillas
rozando el amplio abanico del infinito.
¡Eres feliz y por tanto elegido!
porque en tí habita el principio del corazón,
tu flecha se tensa, el arco está presto,
y tu lágrima vuelve eterna tu sonrisa
No temas sufrir. No te agarres a las cosas
Como la tierra retiene a las cosas con el peso.
Pesados se vuelven los montes y los campos
el árbol que de chico plantaste
Que se hizo pesado y ya no puedes levantar
Acuérdate: levanta la vista y salta.
miércoles, 26 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)