jueves, 23 de abril de 2009

Sobre la certeza del conocimiento

Dos hombres cierto día conversaban
sobre si el conocer es aún posible,
parados sobre un balcón inestable,
que unos buenos obreros reparaban..

Buscaban lo seguro en la certeza
(la certeza en la posibilidad).
El balcón perdía estabilidad
al negar lo cierto con tal firmeza,

y pese a la opinión de los obreros,
se quedaron solos en el balcón.
De ese balcón que caía. Certeros

supusieron que sólo era ilusión,
como el conocer. La meditación
los convirtió ciertamente en señeros.

jueves, 16 de abril de 2009

Una carta en forma de sueño

(o un sueño en forma de carta)



Me encuentro soñándote en esa suerte,
en que a tu fuerte lo sitia la umbría
figura que, supongamos, sería
el grisáseo fantasma de la muerte.

Ya no puedo intentar sino quererte
al reconocerte en lo transcurrido
no puedo menos que intentar soñarte
en el camino de lo que se ha ido.

La vida quizás consista en soñarnos,
con la mirada fija en lo importante,
pese al instante que insiste en rodearnos.

La sombra de un eucalipto gigante,
nos cobijará para confirmarnos,
un día alegre, lo único importante.

lunes, 13 de abril de 2009

Un milagro

En el prado escarchado de la vida,
reinaba el invierno en mis ilusiones,
el corazón no oía las razones,
que ahondaban de a poco la vieja herida.

Estaba recostado en la ventana
(veía al sol discutir con la helada
y la bruma subía en la mañana)
divisé una rosa muy ufana.

Al mirarla supe que me miraba,
(sus ojos pardos ya me conocían)
y su primer llanto ya me lastimaba.

El milagro trajo la primavera,
(mientras sus manitos me recorrían)
el jardín de mi alma hoy es pradera.

miércoles, 8 de abril de 2009

Bebiendo mientras vuelve la luz

Bajo la luz de una vela me inclino
ante la oscura suerte de la noche,
la energía me falta pero el broche,
lo pone mi pobre mi vaso de vino.

Pese a que veo de aquí una estrella,
me quedo en lo cercano del pabilo,
yo que permanezco la noche en vilo,
y me recuerdo que la vida es bella.

El humo de mi pipa despereza
de a poco el tiempo que ya sube y sube,
mientras se desgrana al hacerse nube.

Pero todo acaba, el tiempo pasa.
No hay vino ni tabaco. La cabeza
se inclina y es la aurora la que sube.

viernes, 3 de abril de 2009

Mi canto

Con la convicción de lo cotidiano
pero buscando lo que ya se ha ido,
elevo este canto que es casi un grito,
de lo profundo de mi propio canto.

Canto porque mi tosco canto mude
buscando la luz, sabiéndose oscuro,
canto a mi espada que es también escudo,
que me esconde pero tal vez me acuse.

Canto a un sendero con sangre regado,
por un viajero que elude la suerte
pero que en verso sigue caminando.

Canto a la música de mi pasado,
sobre todo canto porque la muerte
que en suerte me toque llegue cantando.